
La monarquía británica marca distancia con el príncipe Andrés
La Casa Real británica ha dado un paso sin precedentes: el rey Carlos III ha retirado oficialmente a su hermano, Andrés de Inglaterra, todos sus títulos nobiliarios, distinciones y privilegios reales, además de ordenarle que abandone la mansión Royal Lodge, situada en el complejo del castillo de Windsor.
La decisión, comunicada este jueves por el palacio de Buckingham, marca el final del estatus real del antiguo duque de York. A partir de ahora será conocido únicamente como Andrés Mountbatten Windsor, según precisó el comunicado, que subraya que la medida “se hace necesaria ante su negativa a asumir responsabilidades por las acusaciones en su contra”. El anuncio llega tras la publicación de nuevos detalles sobre la relación del príncipe con el fallecido financiero estadounidense Jeffrey Epstein, condenado por abusos a menores, así como por los supuestos vínculos de Andrés con el caso de Virginia Giuffre, quien lo acusó de agresión sexual cuando era menor de edad.
El comunicado del palacio incluye un mensaje contundente: “Sus Majestades desean expresar su apoyo y afecto a todas las víctimas y supervivientes de cualquier tipo de abuso”. Con esta decisión, Andrés pierde los títulos de príncipe, duque de York, conde de Inverness y barón de Killyleagh, así como el tratamiento de Su Alteza Real. También se le retiran las máximas condecoraciones de la monarquía británica, como la Orden de la Jarretera y la Gran Cruz de Caballero de la Orden Victoriana.
Además, se le ha notificado que debe abandonar Royal Lodge, una residencia de 30 habitaciones que ocupaba desde hace años sin pagar renta efectiva, ya que su contrato estipulaba un alquiler simbólico de “un grano de pimienta” anual. El rey ha ordenado su traslado a una vivienda privada dentro del complejo de Sandringham. La presión pública y política sobre Andrés había alcanzado niveles insostenibles. Encuestas recientes mostraban un rechazo masivo de la ciudadanía hacia su comportamiento y privilegios. Incluso partidos como los liberales demócratas y el Partido Nacional Escocés impulsaban mociones en el Parlamento para exigir transparencia sobre la financiación de su vida de lujo. Ante este escenario, Carlos III ha decidido actuar con firmeza para proteger la imagen de la monarquía. El monarca ha invocado un mecanismo legal casi olvidado, la Ley de Privación de Títulos de 1917, utilizada por última vez tras la Primera Guerra Mundial para castigar a nobles que colaboraron con el enemigo.
Según fuentes del palacio, la decisión fue consultada previamente con el Gobierno británico, que expresó su apoyo al rey. De esta manera, Carlos III evita que el caso derive en un debate parlamentario que habría dañado aún más la reputación de la Corona.
El destierro público y simbólico de Andrés representa el cierre definitivo de un capítulo que durante años empañó la imagen de la familia real británica. Con esta medida, el rey busca reforzar la idea de una monarquía moderna, responsable y alineada con las exigencias éticas de la sociedad británica contemporánea.
Publicado el : 31 de octubre de 2025

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